No hace falta que me ames
No necesito tener tu pelo guardando mi pecho.
No necesito mi carne contra tu carne.
Ni que navegues hacia mi entre un mar de saliva.
No necesito de tus labios más que tu voz.
No necesito de tu voz más que un “hola.”
Dámelo.
Dame también un “buenos días” y un “hasta pronto”.
Arráncame la piel si así me regalas un “disculpa.”
Mi corazón es tan viejo que nunca aprendería a amarte.
Y mis colmillos no desean devorarte.
Sabes bien que no sueño con tus labios.
Y que si te abrazara no sería para sentir tu cuerpo,
sino para saber que nunca se alejarán tus palabras de mis
oídos.
No me ames ni me desees.
Pero por favor, nunca pienses en arrancarme tu presencia.
No se ama al sol, mas su ausencia nos sume en tinieblas.
No se ama a los barcos, pero sin ellos se ahoga nuestra
vida.
No se ama a la lluvia, y las rosas la piden a gritos.
Así yo renunciaría al más hermoso “te amo”,
al más hambriento deseo
y al más sincero “te
quiero.”
Todo por saber que nunca me faltaría tu saludo.
Para que cuando te despidas de mí sea solo hasta luego.
Que bonito. Me encanta!
ResponderEliminarAdoro la sensación que transmite, aunque es difícil describirla. Da gusto leerte así, Javier.
ResponderEliminar